lunes, 14 de marzo de 2011

El ciclo ovárico


La reproducción es un fenómeno inherente al ser vivo que requiere de la integridad anatómica y funcional de todas las estructuras encargadas de la formación y encuentro de los gametos (óvulos y espermatozoides). En el ser humano, sobre todo en la mujer, existen unas marcadas distinciones que nos diferencian del resto de los mamíferos. La principal hace referencia al ciclo ovárico, a sus productos hormonales y a las relaciones con otras glándulas endocrinas.









Fecuandación Del Óvulo.

La fecundación supone el inicio del embarazo. La concepción se produce cuando un espermatozoide o célula masculina se introduce en un óvulo o célula femenina atravesando su membrana. El encuentro del óvulo y el espermatozoide se produce en una de las trompas de Falopio, cuyas vellosidades son las encargadas de transportar al óvulo hacia la cavidad uterina.
Una vez fecundado el óvulo, se forma una nueva célula denominada cigoto o célula huevo, que desciende por la trompa hasta el útero. Durante ese trayecto se inicia el proceso de la segmentación en el cual el cigoto se va dividiendo sucesivamente en 2, 4, 8, 16,... formando una estructura sólida de forma similar a las moras, denominada mórula.
Posteriormente, en su interior se desarrolla una cavidad y se inicia el estadio embrionario denominado blastocisto. Éste se implanta en la mucosa uterina, preparada por la acción de las hormonas para la anidación, el sexto día tras la fecundación (que corresponde al día 21 desde el primer día de la última menstruación).
primer día de la última menstruación).
El periodo de receptividad del útero es corto, sólo de unas horas. Si el embrión no llega al útero durante ese periodo, no podrá implantarse y, por lo tanto, no progresará la gestación.
Una vez que se ha adherido a la cavidad uterina, el blastocisto seguirá su desarrollo embrionario. Empieza a alimentarse a través de los vasos sanguíneos de las paredes del útero y se inicia la formación de la placenta a su alrededor. Durante toda la gestación, el futuro bebe recibe anticuerpos a través de la placenta que le protegerán contra cualquier enfermedad contra la que su madre tenga anticuerpos.
Hacia la tercera semana del embarazo, el embrión está formado por numerosas células que se nutren de una mucosa rica en sangre denominada mucosa uterina y que reviste las paredes del útero. En este tiempo se ha formado ya el corazón y el embrión tiene un sistema de circulación sanguínea rudimentario.
Al final del primer mes y medio tras la menstruación se empiezan a dibujar las piernas y los brazos del embrión y el cordón umbilical se empieza a formar. La cabeza es la extremidad más abultada y se adivina ya lo que en el futuro será la médula espinal. El paladar ya se ha desarrollado. En este periodo, el tamaño del embrión es de unos 4 milímetros y pesa menos de 1 gramo





La menstruación

La menstruación (el período) constituye una etapa fundamental de la pubertad en las niñas y es uno de los muchos indicios físicos que señalan que una niña se está convirtiendo en mujer. Y al igual que muchos de los otros cambios asociados con la pubertad, es posible que la menstruación genere confusión en las niñas (y en los varones). Algunas niñas anhelan tener su primera menstruación, mientras que a otras les genera temor o ansiedad. Una gran cantidad de niñas y varones no comprenden exactamente cómo es el sistema reproductor femenino y lo que sucede realmente durante el ciclo menstrual, lo que hace que este proceso parezca aún más misterioso

Tipos de hormonas.


El ovario produce hormonas sexuales femeninas (estrógenos y gestágenos), mientras que el testículo produce hormonas sexuales masculinas (andrógenos). El estrógeno más importante que sintetiza el ovario es el estradiol, mientras que la progesterona es el más importante de los gestágenos. La testosterona es el andrógeno que produce el testículo.
Las hormonas sexuales femeninas desempeñan una función vital en la preparación del aparato reproductor para la recepción del esperma y la implantación del óvulo fecundado, mientras que los andrógenos intervienen de manera fundamental en el desarrollo del aparato genital masculino. Todas las hormonas sexuales se sintetizan a partir del colesterol.
Los folículos ováricos son el lugar de producción de estrógenos y progesterona. Estas hormonas se segregan de forma cíclica, con una secuencia que se repite cada 28 días aproximadamente durante la edad fértil de la mujer, y que se conoce con el nombre de ciclo menstrual. A partir de una determinada edad, que oscila entre los 40 y 60 años, la función ovárica se agota, se reduce la producción hormonal y cesan los ciclos menstruales. Este fenómeno biológico se conoce como menopausia.
La testosterona se produce en unas células especializadas del testículo llamadas células de Leydig. La producción de testosterona en el hombre se reduce también con el envejecimiento, aunque de forma menos brusca y marcada que en el sexo femenino.
Producción de hormonas sexuales.
La síntesis de las hormonas sexuales está controlada por la hipófisis, una pequeña glándula que se encuentra en la base del cerebro. Esta glándula fabrica, entre otras sustancias, las gonadotropinas, que son las hormonas estimulantes del testículo en el hombre y del ovario en la mujer.
Al llegar la pubertad se produce un incremento en la síntesis y liberación de gonadotropinas hipofisarias. Estas llegan al testículo o al ovario donde estimulan la producción de las hormonas sexuales que, a su vez, dan lugar a los cambios propios de la pubertad. En la mujer la secreción de gonadotropinas es cíclica, lo que da lugar a la secreción también cíclica de estrógenos y progesterona y a los ciclos menstruales femeninos.
Función de las hormonas sexuales
Los estrógenos son responsables de buena parte de los cambios que experimentan las niñas al llegar a la pubertad. Estimulan el crecimiento de la vagina, ovario y trompas de Falopio, así como el desarrollo de las mamas y contribuyen a la distribución de la grasa corporal con contornos femeninos.
Participan también en el periodo de crecimiento rápido de la pubertad conocido como estirón puberal. En las mujeres adultas los estrógenos y la progesterona participan en el mantenimiento de los ciclos menstruales. En la primera fase del ciclo hay proliferación de la mucosa de la vagina y del útero. Al final del ciclo el cese de la secreción de estrógenos y progesterona provoca la menstruación.
Durante la pubertad los andrógenos provocan la transformación del niño en varón adulto. Producen un aumento del tamaño del pene y del escroto, aparición de vello pubiano y aumento rápido de la estatura. Los andrógenos hacen que la piel sea más gruesa y oleosa. Estimulan el crecimiento de la laringe, con el consiguiente cambio en el tono de voz, y favorecen la aparición de la barba y la distribución masculina del vello corporal.
Otra consecuencia de la actividad androgénica es el cese del crecimiento de los huesos largos por fusión de las epífisis después del estirón puberal. Los andrógenos, junto con las gonadotropinas, son necesarios para la producción y maduración del esperma. Además, los andrógenos son hormonas anabólicas, es decir, favorecen la síntesis de proteínas y el desarrollo muscular y son la causa del mayor tamaño muscular del varón con respecto a la mujer.
¿Cómo actúan las hormonas sexuales?
Los tejidos sensibles a los estrógenos, principalmente aparato reproductor femenino, mama e hipófisis, contienen en el interior de sus células una proteína receptora, es decir, una sustancia con capacidad de unirse a los estrógenos que circulan en la sangre. El complejo estrógeno-proteína se traslada al núcleo de la célula, donde se encuentran los genes. Como consecuencia de esta acción se estimula la síntesis de ácidos nucleicos y proteínas específicas de esos tejidos.
La testosterona actúa de una forma similar; sin embargo, antes de unirse a su receptor, las células de la mayoría de los tejidos sensibles a los andrógenos la transforman ligeramente, convirtiéndola en una sustancia parecida llamada dihidrotestosterona, que es la que finalmente se une al receptor y pasa al núcleo celular.
Administración externa de hormonas sexuales
Naturalmente las hormonas son producidas al interior del organismo y distribuidas a través de la sangre, pero también existen diversos preparados farmacéuticos que contienen hormonas sexuales naturales y sintéticas. La forma más común de administración de hormonas femeninas es en comprimidos orales. Recientemente se han comenzado a emplear con gran aceptación los preparados transdérmicos, es decir, que se absorben a través de la piel, ya sea mediante parches o mediante geles. También existen hoy los implantes subcutáneos y las aplicaciones vaginales de estrógenos.
Los andrógenos se administran habitualmente en forma de inyecciones intramusculares cada 2-4 semanas, ya que tienen una duración prolongada. Existen también parches e implantes de testosterona. Hay también comprimidos orales de derivados de testosterona, pero no se recomiendan para el tratamiento sustitutivo de hormona sexual masculina.

Sintomas de cada fase.


Cuando las mujeres empiezan a familiarizarse con la regla aprenden a distinguir, aunque sea vagamente, los signos de cada fase del ciclo menstrual.
Estos son algunos de los síntomas más frecuentes atendiendo a la fase en la que se encuentre el ciclo menstrual:
- Fase de preovulación (días posteriores a la regla)
• Sensación de plenitud, de energías renovadas y fuerza
• Te sientes capaz de hacer cualquier cosa
- Fase de ovulación (unas dos semanas después de la regla)
• Dolor punzante en un lado de la parte baja del vientre
• Aumento de la secreción vaginal (flujo)
- Fase de postovulación (unos días antes de la regla) Es la fase más prolija en cambios físicos y también psíquicos, hasta el punto que algunas mujeres pueden sufrir el Síndrome Premenstrual. Los síntomas más comunes en la postovulación son un sentimiento de tristeza y melancolía, falta de concentración, hinchazón en el bajo vientre y aumento de la grasa en piel y cabellos.
- Menstruación o sangrado
La hemorragia es la característica principal de esta fase, que puede durar entre 3 y 7 días. La cantidad de flujo perdido varía dependiendo de cada mujer (de 9 a 350 g), aunque la media de sangrado perdido es de unos 70-80 g, lo que equivale al volumen de una taza de té. El 90 por ciento se expulsa durante los primeros 3 días de regla. Otros síntomas propios de la menstruación son:
• Dolores en el bajo vientre (parecidos a los retortijones)
• Dolor de espalda y piernas
• Mareos
• Náuseas y vómitos
• Diarrea.

Sindrome premenstrual.


Plantas aliadas al síndrome premenstrual.
Manzanilla:alivia los dolores y combate los espasmos que se producen durante el síndrome premenstrual o la menstruación. Milenrama:reduce la ansiedad y la irritabilidad, así como otros efectos secundarios propios del síndrome premenstrual, como dolores de cabeza, de senos e hinchazón del abdomen. Ajenjo:esta planta además de ser depurativa y disminuir los dolores menstruales, regula los niveles de azúcar en la sangre, calmando así, la necesidad de tomar dulces, un deseo que afecta a muchas mujeres durante este periodo. Salvia:favorece el equilibrio hormonal, por lo tanto ayuda a regular la menstruación, por lo que se aconseja en casos de trastornos de la regla. Al Tonificar el sistema nervioso, alivia la irritabilidad, depresión y astenia que puede acompañar al síndrome premenstrual. Lavanda:tiene una acción sedante sobre el sistema nervioso central y estimulante de la menstruación Ortiga:posee propiedades depurativas y diuréticas que ayudan a disminuir la hinchazón de los senos, vientre, manos y tobillos. Sauzgatillo:ayuda a equilibrar el desequilibrio hormonal, también disminuye la producción de prolactina y favorece la ovulación al estimular la hormona LH. Cola de caballo:diurético y depurativo, ayuda a eliminar los líquidos y residuos, que se acumulan en senos, manos y pies durante el síndrome premenstrual. Melisa:sedante suave, equilibra el sistema nervioso, ayuda a conciliar el sueño y alivia los dolores de cabeza y molestias de la menstruación. Valeriana:disminuye la ansiedad y la irritabilidad que acompaña al síndrome premenstrual y ayuda a conciliar el sueño. Espino amarillo:reconstituye y aumenta el tono vital, muy indicado en casos de astenia y cansancio durante el síndrome premenstrual o la regla. Hinojo:su aceite esencial activa la menstruación y alivia las flatulencias y dispepsias que aparecen durante el síndrome premenstrual o la menstruación.

Aunque no existe una causa específica, a este síndrome premenstrual se le ha relacionado con un desequilibrio hormonal debido en gran medida a la cantidad de estrógenos en sangre y los efectos que producen sobre la química cerebral. También influyen los niveles de endorfinas y serotonina, sustancias químicas del cerebro que juegan un papel importante en el humor y el comportamiento.
Síntomas del síndrome premenstrual
Los síntomas varían de una mujer a otra sobre todo en intensidad, aunque los más frecuentes son:
Hinchazón y sensibilidad en los senos.
Retención de líquidos.
Hinchazón abdominal.
Fatiga y dificultad para dormir.
Cansancio y astenia.
Irritabilidad, cambios de humor y mayor sensibilidad.
Depresión y ansiedad.
Dolor de cabeza, conocidas como migrañas menstruales.
Dificultad para concentrarse.
Dolor de las articulaciones y de los músculos.
Disminución de apetito sexual.
Trastornos estomacales.
Pautas a seguir ante el síndrome premenstrual
Practicar ejercicio físico, a ser posible al aire libre, genera endorfinas, sustancias con un marcado efecto euforizante que ayuda a liberar tensiones, agresividad, irritabilidad y levanta el ánimo.
Dormir más, ya que durante este periodo se suele estar más cansada.
Cambios en la dieta, la alimentación juega un papel importante en el sistema hormonal. En esos días es necesario tomar más carbohidratos: pastas, pan, arroz, cereales integrales, que además de facilitar la digestión, contienen triptófano un aminoácido que ayuda al organismo a producir serotonina. Si se siente la necesidad de comer algo dulce, se puede tomar pasas, ciruelas o un poco de chocolate que es rico en triptófano que relaja, reduce la ansiedad y mejora el humor. También se debe incluir frutas frescas sobre todo el plátano y frutos secos como nueces y almendras.
Evitar tomar grasas, café, bebidas con gas, bollería, alcohol y sal.
Tomar alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y cereales integrales que evitan el estreñimiento y reducen los niveles de estrógenos.
Beber mucha agua y tomar poca sal, para ayudar al organismo en el proceso depurativo a eliminar líquidos, ya que en este periodo hay una elevada presencia de estrógenos en la sangre y estas hormonas tienden a retener líquidos sobre todo en los tobillos, cintura, mamas, piernas y manos.
Tomar un vaso de leche caliente ayuda a calmar las molestias cuando no son muy fuertes, ya que el calor favorece la circulación sanguínea y descongestiona la zona pélvica. Además la leche estimula la producción de endorfinas que ayudan a controlar mejor el dolor y disminuir las contracciones del útero.
Complementos dietéticos para síndrome premenstrual
La Levadura de cerveza es rica en vitaminas del grupo B, sobre todo B6 que incrementa los niveles de progesterona lo que permite una mayor producción de serotonina.
También son ricos en esta vitamina los frutos secos, las verduras de hoja verde y cereales integrales, especialmente avena.
Vitamina A alivia los dolores de senos, la irritabilidad y la falta de fuerzas.
Vitamina E disminuye la mayoría de los síntomas del síndrome premenstrual.
Zinc y Selenio son dos oligoelementos muy importantes en las funciones hormonales, alivian la hinchazón de los senos.
Manganeso y cobalto también intervine en el equilibrio hormonal.
Yodo y azufre útiles en casos de trastornos menstruales.
Calcio y magnesio ayuda a relajar los músculos del útero tomados unos días antes de la regla.
Aceite de onagra, rico ácido gammalinoléico tiene propiedades antiinflamatorias muy indicadas para evitar la retención de líquidos, el dolor de pechos y las molestias propias de la menstruación. También alivia los síntomas depresivos que suelen aparecer con el síndrome menstrual.
Aceite de germen de trigo alivia la tensión en los senos.
Aceite de borraja regula el sistema hormonal, normaliza el ciclo
menstrual y relaja el útero.
Aproximadamente un 80% de las mujeres en edad reproductiva padecen síndrome premenstrual. Este problema, que aparece entre 7 y 14 días antes del periodo menstrual, es más frecuente en mujeres jóvenes, en las que tiene hijos y en aquellas con antecedentes de depresión.

Cambios psicologicos


• Depresión
• Sentimiento de tristeza, melancolía
• Cansancio y fatiga
• Tensión o intranquilidad
• Ansiedad
• Irritabilidad y agresividad
• Dificultad de concentración
Si sufres alguno de estos síntomas durante los días previos a la menstruación (unas dos semanas antes) y desaparecen con la hemorragia o poco después, entonces sufres el síndrome premenstrual.
Es más frecuente entre las mujeres de 30 años y las que ya tienen hijos, aunque no se sabe bien por qué aparece.
En los casos más acusados del síndrome, puede ser necesario recibir un tratamiento médico. Para otras mujeres pueden ser útiles los siguientes remedios. Ante cualquier duda, consulta con tu médico.
- Alimentación:
procura hacer una dieta sana, rica en verduras y frutas. Reduce el consumo de sal para evitar el hinchazón y come un poco más de azúcar de lo habitual, pues puede ayudarte a regular tu nivel de glucosa si te sientes falta de energía. No favorecen las altas dosis de cafeína o el alcohol, al afectar ambos a la circulación sanguínea.
- Ejercicio:
practica de forma regular ejercicio, además de servir para mejorar tu condición física general, puede ayudar a suavizar los síntomas.
- Relajación:
evita en lo que puedas situaciones estresantes. Aprende métodos de relajación, como el yoga, la meditación, ejercicios de respiración y practícalos si los necesitas. También ayuda leer un buen libro o dar un paseo.
 

Menstruaciones irregulares.



No son muchas las mujeres que tienen un periodo “de libro”, es decir, de 28 días. De hecho, muchas tienen ciclos menstruales de más o menos días, por lo que se considera normal la oscilación entre los 21 y los 35.
Cuando el ciclo supera las seis semanas de duración ya se considera irregular, aunque no es preocupante en los primeros años de la menstruación, porque pasa algún tiempo hasta que los ciclos se regulan.
Estos ciclos inusualmente largos pueden ser oligomenorreas (un número excesivamente bajo de reglas al año) o bien amenorreas (ausencia de regla).
Las oligomenorreas pueden deberse a algún trastorno de tipo hormonal o simplemente obedecer al propio ciclo natural. Para descartar posibles enfermedades que lo causen es necesario acudir al ginecólogo, que realizará los análisis y exámenes pertinentes.
La razón más habitual de amenorrea, si siempre has tenido un periodo regular, es el embarazo. Pero también se relaciona con los cambios en la dieta, un exceso de actividad física o estrés muy acusado. Por eso debes acudir al ginecólogo para que estudie cuál es la causa en tu caso.
Reglas muy abundantes
Algunas mujeres sufren periodos o reglas muy abundantes. Un sangrado excesivo no tiene que significar que algo vaya mal, a veces se produce cuando se ha dejado de tomar la píldora anticonceptiva o tras un parto o en mujeres próximas a la menopausia.
Si la regla abundante aparece de forma repentina y sin razones obvias, es motivo de consulta al médico. Además, si junto con la menstruación excesiva te sientes especialmente cansada, puede que estés sufriendo anemia. En estos casos, acude al ginecólogo.